Ese anhelo permanente que tengo de reconocimiento y búsqueda de aceptación de los demás, tiene un precio a pagar muy alto. Me paso la vida como pidiendo permiso para vivir y no molestar y esto hace que pierda mi identidad, que pierda quien realmente soy, “pero si no soy yo, ¿Quién soy?”.
Este, es un muy buen momento para empezar a encontrarme conmigo mism@ y dejar de darle tanto poder y fuerza a todas las personas o instituciones que me hablan de lo que es por mi bien. Y aunque dar ese paso y volvernos a encontrar con nosotros pueda traer un pequeño coste en términos relacionales, lo debería dar en pos de mi libertad y crecimiento emocional.
Y debe ser siempre una toma de decisión interna para recuperar mi poder. Y veré que al soltar esa dependencia producida por los miedos y tomar por fin las riendas de la vida que tanto he anhelado, que al ser yo, y vivir un cambio , quizás no tenga que cambiar nada, solo ser YO “el auténtico yo.”